Lamentablemente no estamos libres de evitar a nuestros hijos todo el sufrimiento. Las familias, en algún momento, debemos enfrentarnos al fallecimiento de un ser querido. Cuando hay niños pequeños en casa a nuestro dolor se une el no saber como mejor explicar lo sucedido a nuestros hijos. Pero los niños, incluso los más pequeños, percibirán la pena, nos verán llorar, y descubrirán la falta de esa persona que antes acompañaba su vida. Para los menores de cinco años será especialmente dificil entender que esa persona no volverá nunca. Deberemos tener paciencia, porque algunos tiempo después parece que no llegan a asimilar eso facilmente. ¿Debemos llevar al niño a un velatorio o a un entierro? Yo no sabría que hacer. Por un lado, me preocuparía que le pudiese impresionar. Por otro, creo que puede beneficiarles compartir estos actos de duelo familiar. Quizá lo mas importante es ponernos en su lugar, tanto en los sentimientos como en la capacidad de comprensión, para que puedan también vivir su duelo y ayudarles a que sus temores sobre su propia muerte o la de los que les rodean puedan ser superados. En la página Vivir la pérdida publican un amplio documento sobre el duelo infantil que puede ser útil a quienes se encuentren en esta situación.
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