Las varices se producen cuando la sangre se estanca en las venas que más soportan el peso de la gravedad, en nuestro caso en piernas, recto y en ocasiones la vulva. El retorno venoso se hace más difícil, y durante el embarazo, la aparición de varices se ve favorecida por el aumento de la presión del útero sobre las venas pelvianas y el aumento del volumen de sangre que circula en el cuerpo.
También las hormonas del embarazo tienen algo que ver, ya que relajan las fibras musculares presentes en las paredes de las venas, con lo cual éstas se relajan y son más propensas a dilatarse y deformarse. Estéticamente pueden causarnos rechazo, pero lo peor son las molestias físicas que pueden ocasionar, como dolores musculares en pantorrillas, muslos, vulva o ano, pesadez o calambres.
Hay unas varices especialmente molestas, aquéllas que conocemos como hemorroides, cuando se da una dilatación de las venas de la región anal.
Lo mejor es prevenir las varices, para no tener que enfrentarnos a complicaciones durante el embarazo. Algunas pautas nos ayudan a prevenir las varices, o a disminuir sus molestias si ya las padecemos:
No cargar con exceso de peso ni levantar nada pesado.
Llevar medias especiales para las varices. Tu ginecólogo te aconsejará cuál es la más adecuada.
Evitar estar demasiado tiempo sentada o parada en la misma postura. Es bueno levantarse con frecuencia, mover pies y piernas. Mientras permanecemos sentadas, no es bueno tener
Las piernas cruzadas por ola presión que se ejerce sobre los miembros.
Cuando estemos acostadas, se pueden elevar los pies (con grandes cojines bajo el colchón…), lo cual favorece y aligera la circulación en las piernas.
No utilizar ropa ajustada en piernas o cintura.
No llevar zapatos con tacón fino o elevado.
No fumar, ya que el tabaco, aparte de todos los perjuicios que conlleva, está asociado con aumento en la incidencia de varices al perjudicar la circulación sanguínea.
Evitar la exposición a unas temperaturas elevadas (al sol directo, saunas, baños demasiado calientes…), ya que un calor excesivo dilata las venas.
Realizar determinados ejercicios suaves, como la natación, puede aliviar las molestias ocasionadas por las varices al facilitar la circulación sanguínea. Del mismo modo, el caminar es muy beneficioso para prevenir las varices, así como el método Pilates.
Se pueden realizar masajes suaves, circulatorios, en las piernas, lo cual favorecerá el flujo sanguíneo y un descanso de mejor calidad.
Generalmente las varices provocadas por el embarazo no son severas. Si se presentan síntomas sospechosos, como un endurecimiento brusco de la vena varicosa, dolor y enrojecimiento en la zona, se debe consultar al médico, ya que podría tratarse de alguna complicación, como trombosis venosa (la formación de un coágulo de sangre en una vena).
La cirugía sólo se tendrán en cuenta para casos excepcionales, cuando el médico lo considere necesario.
Mediante todos estos consejos prevenimos la aparición de las varices durante el embarazo, controlamos su progresión y nos ayudarán a reducir las molestias si éstas hacen presencia, además de evitar complicaciones.
También las hormonas del embarazo tienen algo que ver, ya que relajan las fibras musculares presentes en las paredes de las venas, con lo cual éstas se relajan y son más propensas a dilatarse y deformarse. Estéticamente pueden causarnos rechazo, pero lo peor son las molestias físicas que pueden ocasionar, como dolores musculares en pantorrillas, muslos, vulva o ano, pesadez o calambres.
Hay unas varices especialmente molestas, aquéllas que conocemos como hemorroides, cuando se da una dilatación de las venas de la región anal.
Lo mejor es prevenir las varices, para no tener que enfrentarnos a complicaciones durante el embarazo. Algunas pautas nos ayudan a prevenir las varices, o a disminuir sus molestias si ya las padecemos:
No cargar con exceso de peso ni levantar nada pesado.
Llevar medias especiales para las varices. Tu ginecólogo te aconsejará cuál es la más adecuada.
Evitar estar demasiado tiempo sentada o parada en la misma postura. Es bueno levantarse con frecuencia, mover pies y piernas. Mientras permanecemos sentadas, no es bueno tener
Las piernas cruzadas por ola presión que se ejerce sobre los miembros.
Cuando estemos acostadas, se pueden elevar los pies (con grandes cojines bajo el colchón…), lo cual favorece y aligera la circulación en las piernas.
No utilizar ropa ajustada en piernas o cintura.
No llevar zapatos con tacón fino o elevado.
No fumar, ya que el tabaco, aparte de todos los perjuicios que conlleva, está asociado con aumento en la incidencia de varices al perjudicar la circulación sanguínea.
Evitar la exposición a unas temperaturas elevadas (al sol directo, saunas, baños demasiado calientes…), ya que un calor excesivo dilata las venas.
Realizar determinados ejercicios suaves, como la natación, puede aliviar las molestias ocasionadas por las varices al facilitar la circulación sanguínea. Del mismo modo, el caminar es muy beneficioso para prevenir las varices, así como el método Pilates.
Se pueden realizar masajes suaves, circulatorios, en las piernas, lo cual favorecerá el flujo sanguíneo y un descanso de mejor calidad.
Generalmente las varices provocadas por el embarazo no son severas. Si se presentan síntomas sospechosos, como un endurecimiento brusco de la vena varicosa, dolor y enrojecimiento en la zona, se debe consultar al médico, ya que podría tratarse de alguna complicación, como trombosis venosa (la formación de un coágulo de sangre en una vena).
La cirugía sólo se tendrán en cuenta para casos excepcionales, cuando el médico lo considere necesario.
Mediante todos estos consejos prevenimos la aparición de las varices durante el embarazo, controlamos su progresión y nos ayudarán a reducir las molestias si éstas hacen presencia, además de evitar complicaciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario