
En realidad es una prominencia en la piel del labio superior que no les causa ninguna molestia y se desprende sola en poco tiempo. No necesita ningún tipo de tratamiento, y es causada por el roce del biberón o del pecho durante la alimentación en estas primeras semanas o meses de vida del bebé.
Estas minúsculas pielecitas no deben rascarse ni arrancarse, ya que lo habitual es que a las pocas semanas, normalmente antes de los 4 meses, acaben resecándose y desapareciendo.
De hecho, a mi bebé no le duraría más que un par de semanas, durante el primer mes de vida, y desapareció poco a poco casi sin darme cuenta. Tan sólo se trata de dar un poco de tiempo a que su piel se fortalezca y su boquita se acostumbre y aprenda a succionar.
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