El Centro para la Prevención y Control de las Enfermedades de Estados Unidos, uno de los organismos de referencia en este tipo de cuestiones, ha publicado un documento en el que explica claramente los beneficios del amamantamiento en caso de gripe o de una posible pandemia por el virus H1N1, responsable de la llamada gripe porcina.
Los consejos que da inciden en el enorme valor de la leche materna como vacuna natural y animan a seguir amamantando incluso en caso de infección de la madre.
Las razones son variadas. La primera es que los bebés que se alimentan de fórmula suelen padecer mayores problemas respiratorios y sus ingresos hospitalarios son más habituales que en los casos de bebés amamantados. Y también carecen de los anticuerpos que la leche materna proporciona.
Por ese motivo se recomienda comenzar la lactancia inmediatamente tras el parto, realizar lactancia a demanda y eliminar los suplementos que sea posible para lograr una lactancia materna exclusiva o lo más exclusiva posible. De ese modo se garantiza la nutrición óptima del bebé y también que recibe todas las substancias que aumentan sus defensa.
La leche materna es algo vivo que contiene anticuerpos y es la mejor “vacuna” que la madre puede ofrecer a su hijo contra esta enfermedad.
Incluso si la madre enfermase el amamantamiento debe proseguir e incluso aumentar la frecuencia. La razón en sencilla, si la madre es sintomática la infección se ha producido previamente y en la leche transmitirá al bebé los anticuerpos que ella misma esta produciendo, protegiéndolo a él también o ayudando a que supere la infección si está se ha producido por la via habitual. Se aconseja aumentar las tomas para conseguir que el bebé esté optimamente nutrido, hidratado y reforzado su sistema inmune.
Se ha encontrado muy raramente virus de gripe normal en la leche humana y hoy por hoy se desconoce si la gripe porcina se puede transmitir por esta via, por lo que se considera que cualquier riesgo es mucho menor que los enormes beneficios y protección que la leche ofrece al bebé. Asimismo se señala que los tratamientos antivirales son compatibles con la lactancia.
En los casos en los que el bebé o la madre se encuentren demasiado afectados y no pueda procederse a la lactancia directa se aconseja extracción y lactancia diferida, pero no privar al niño de los beneficios de la leche de su madre.
Por ese motivo, como siempre, pero más cuando existe un peligro para la salud concreto y serio, el amamantamiento es el mejor consejo que se puede dar a las madres. Y en el caso de la gripe porcina está claro, la lactancia materna es la mejor opción.
Los consejos que da inciden en el enorme valor de la leche materna como vacuna natural y animan a seguir amamantando incluso en caso de infección de la madre.
Las razones son variadas. La primera es que los bebés que se alimentan de fórmula suelen padecer mayores problemas respiratorios y sus ingresos hospitalarios son más habituales que en los casos de bebés amamantados. Y también carecen de los anticuerpos que la leche materna proporciona.
Por ese motivo se recomienda comenzar la lactancia inmediatamente tras el parto, realizar lactancia a demanda y eliminar los suplementos que sea posible para lograr una lactancia materna exclusiva o lo más exclusiva posible. De ese modo se garantiza la nutrición óptima del bebé y también que recibe todas las substancias que aumentan sus defensa.
La leche materna es algo vivo que contiene anticuerpos y es la mejor “vacuna” que la madre puede ofrecer a su hijo contra esta enfermedad.
Incluso si la madre enfermase el amamantamiento debe proseguir e incluso aumentar la frecuencia. La razón en sencilla, si la madre es sintomática la infección se ha producido previamente y en la leche transmitirá al bebé los anticuerpos que ella misma esta produciendo, protegiéndolo a él también o ayudando a que supere la infección si está se ha producido por la via habitual. Se aconseja aumentar las tomas para conseguir que el bebé esté optimamente nutrido, hidratado y reforzado su sistema inmune.
Se ha encontrado muy raramente virus de gripe normal en la leche humana y hoy por hoy se desconoce si la gripe porcina se puede transmitir por esta via, por lo que se considera que cualquier riesgo es mucho menor que los enormes beneficios y protección que la leche ofrece al bebé. Asimismo se señala que los tratamientos antivirales son compatibles con la lactancia.
En los casos en los que el bebé o la madre se encuentren demasiado afectados y no pueda procederse a la lactancia directa se aconseja extracción y lactancia diferida, pero no privar al niño de los beneficios de la leche de su madre.
Por ese motivo, como siempre, pero más cuando existe un peligro para la salud concreto y serio, el amamantamiento es el mejor consejo que se puede dar a las madres. Y en el caso de la gripe porcina está claro, la lactancia materna es la mejor opción.
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