Un día mi esposo me dice: “te ves rara”Y yo le contesto: “a qué te refieres” Él dice: “no sé, pero te ves diferente, creo que estás embarazada”. Yo me reí por que ya llevábamos 5 años de casados y todavía no teníamos hijos y creí que él estaba bromeando. Él fué a la farmacia y me trajo un examen de embarazo casero. Me hice el examen, por que pensé que él bromeaba. Cuando verifiqué el examen, salió positivo. Yo no lo podía creer. Me vestí inmediatamente y fui al laboratorio y me hice el examen de embarazo de sangre. Cuando fui al laboratorio le dije a mi esposo que recogiera los resultados, yo estaba bien nerviosa y me quedé en el auto. Yo veo que él viene, pero por su cara pensé que salió negativo. Cuando él me da los resultados y se sonríe, verifico y era positivo. Me sonrió y empegamos a reír y terminamos llorando de la alegría. Era una gran bendición y una gran alegría. Hasta que un domingo, que mi bebé cumplía 28 semanas de gestación, empecé a sangrar y me subió el azúcar. Me asusté tanto que fui al hospital y de camino empezaron las contracciones. Estaba tan asustada de perder a mi primer bebé. Cuando llegué al hospital, me hospitalizaron. Me dijeron que tenia que quedarme porque tenían que aguantar a mi hijo porque todavía era muy prematuro para nacer. Me estaban dando medicamentos y vacunas para madurar sus pulmones y para que no saliera. Ya era miércoles y era el último día que me ponían la vacuna para sus pulmones, cuando al medio día empezaron de nuevo las contracciones y el sangrado. Me llevaron a la sala de parto de emergencia. Mientras buscaban a mi ginecólogo, el ginecólogo de turno me estaba evaluando. Me dijo que el niño estaba en posición y quería ya salir. Cuando empezaron a prepararme rompí fuente. El ginecólogo de turno me examinó y ya estaba empezado el proceso de parto. Me llevaron a la sala de parto. Allí di a luz a mi bebé varón llamado Markeith Yadiel. Salió tan rápido que arrastró la placenta y ella salió detrás de él. Cuando le cortaron el cordón umbilical, empezó a llorar. Un milagro!!!.
Un bebé de apenas 28 semanas, nació en un parto natural y lloró como todo un campeón. Mi bebé peso 1 lb y 15 onzas y midió 15 pulgs. Nació tan fuerte y saludable que sólo tenía que quedarse hospitalizado para ganar peso. Fue tan y tan triste salir del hospital y tener que dejar a mi bebé, pero era por su bien. Estuvo hospitalizado 1 mes y medio. Durante ese tiempo, lo visité todos los días y le llevaba leche materna que me sacaba a máquina. Eso lo hacía más fuerte cada día. Por fin llegó ese día tan especial, su dada de alta. Lo dieron de alta pesando tan sólo 4 lb.
A día de hoy ya tiene 16 meses, pesando 27 lb. Es un niño saludable gracias a Dios y a nuestros cuidados, sus vacunas al día y lo más importante: El amor Quiero decirles a las madres de bebés prematuros que es difícil y muy sacrificado. Pero se puede y hay grandes bendiciones al cuidar de nuestros bebés prematuros. Denles mucho amor y sobre todo tengan mucha paciencia. Que Dios bendiga a todos los hermosos bebés.
Un bebé de apenas 28 semanas, nació en un parto natural y lloró como todo un campeón. Mi bebé peso 1 lb y 15 onzas y midió 15 pulgs. Nació tan fuerte y saludable que sólo tenía que quedarse hospitalizado para ganar peso. Fue tan y tan triste salir del hospital y tener que dejar a mi bebé, pero era por su bien. Estuvo hospitalizado 1 mes y medio. Durante ese tiempo, lo visité todos los días y le llevaba leche materna que me sacaba a máquina. Eso lo hacía más fuerte cada día. Por fin llegó ese día tan especial, su dada de alta. Lo dieron de alta pesando tan sólo 4 lb.
A día de hoy ya tiene 16 meses, pesando 27 lb. Es un niño saludable gracias a Dios y a nuestros cuidados, sus vacunas al día y lo más importante: El amor Quiero decirles a las madres de bebés prematuros que es difícil y muy sacrificado. Pero se puede y hay grandes bendiciones al cuidar de nuestros bebés prematuros. Denles mucho amor y sobre todo tengan mucha paciencia. Que Dios bendiga a todos los hermosos bebés.
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