jueves, 1 de mayo de 2008

LO QUE CREEMOS DEL PARTO Y LO QUE REALMENTE ES

En algunas mujeres ronda la fantasía de que el parto es un hecho doloroso y traumático. Incluso hay quienes dejan de lado su deseo de ser madre por el miedo al parto.
Todas las mujeres deseamos tener un buen parto, pero ¿qué se entiende por un buen parto?, ¿que no duela mucho, que no se presenten contratiempos, que sea un parto natural? Cada parto es un mundo y cada cual tiene su propio concepto de lo que es un buen parto. Pero lo verdaderamente importante es que las madres lleguemos a ese momento lo mejor preparadas posibles para no sufrir decepciones. Ha salido a la luz un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Newcastle (Reino Unido) que revela que las mujeres tienen ideas poco realistas acerca del parto. Por supuesto, no es culpa de las mujeres, sino de la educación prenatal, de la falta de contención psicológica que recibe la futura mamá por parte de los médicos, y en gran medida también de los tabúes y del modelo de parto tortuoso que solemos ver en las películas. Creo que fundamentalmente la clave para un buen parto es la información. Los autores del estudio dicen, con toda razón, que “las personas implicadas en los cuidados antenatales deberían escuchar los deseos de las mujeres acerca del parto y prepararlas para lo que realmente puede pasar durante el mismo”. En la investigación se encontraron discrepancias entre el dolor que las mujeres esperaban sufrir durante el parto y los métodos utilizados para paliarlo y sus experiencias, así como desajustes entre el poder de decisión y la participación que las parturientas creían que tendrían y la que realmente tuvieron. Muchas clases de preparación al parto dejan bastante que desear, al menos así fue a las que asistí. No informan a las mujeres de lo que realmente va a suceder y de las diferentes alternativas de parto que existen. Nos cuentan la historia como un mecanismo en el que las mujeres tenemos poco protagonismo, no como un hecho fisiológico del cual participamos. Otro dato curioso que ha revelado el estudio es cómo influye la actitud con las que las mujeres nos enfrentamos al parto. Aquellas que se sentían optimistas tuvieron experiencias positivas mientras que aquellas que se mostraban negativas tuvieron en general partos más dolorosos y experiencias negativas. Lo cierto es que, aun en el caso de partos difíciles, la mayoría de las mujeres confiesa que repetiría la experiencia porque al final es un “dolor feliz” y lo que prevalece es la gran alegría de haber tenido un hijo.

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