domingo, 4 de mayo de 2008

MOLESTIAS EN EL EMBARAZO: LOS CALAMBRES

Los calambres son una de las molestias más frecuentes en el embarazo. La mitad de las mujeres embarazadas los sufren en algún momento del embarazo, especialmente durante el segundo y tercer trimestre, y aunque no afectan al bebé ni a la mamá, son bastante molestos. Son contracciones musculares involuntarias y dolorosas que aparecen con mayor intensidad en las piernas y suelen “atacar” de noche, precisamente cuando el cuerpo descansa. El dolor producido por la tensión muscular puede llegar a ser bastante intenso interrumpiendo el sueño de la futura mamá, que justamente hacia finales del embarazo es difícil de conciliar. La causa de que se produzcan calambres durante el embarazo se debe a diversos factores. Como en casi todas las molestias del embarazo, las culpables son las hormonas y en este caso no son la excepción. Las hormonas ablandan las paredes de los vasos sanguíneos y perjudican el retorno venoso y linfático, provocando un estancamiento de líquidos en las piernas que causa los molestos calambres. Otro factor son los cambios en la circulación sanguínea durante el embarazo provocados por la presión que el peso del bebé ejerce sobre los vasos de la pelvis afectando a la circulación de las piernas. Recordemos que en el embarazo circula un 20% más de sangre por el cuerpo de la madre. La explicación a por qué los calambres suelen acechar de noche es que al estar acostadas el retorno venoso es más lento y favorece la aparición de las contracciones musculares, especialmente en las pantorrillas y en los pies.
¿Cómo prevenirlos?
La alimentación es fundamental para reducir los calambres. Consumir alimentos ricos en calcio (lácteos y leche), así como aquellos que contengan vitamina E como el germen de trigo, los frutos secos y cereales integrales. Hay médicos que recomiendan beber un vaso de leche antes de acostarse, aunque eso podría traer acidez, otra molestia muy típica durante el embarazo. También puede ayudar el consumo de bananas y kiwis con alto contenido de potasio, y las hortalizas de hoja verde, ricas en magnesio. Ambos minerales ayudan a prevenirlos. En combinación con una alimentación equilibrada, el ejercicio es el mejor aliado de la embarazada. Mantener el cuerpo en forma ayuda a prevenir las molestias más habituales. Dar un paseo, hacer gimnasia suave como yoga o pilates para embarazada o gimnasia acuática favorece la circulación sanguínea impidiendo que los líquidos se atasquen. No pases mucho tiempo de pie ni sentada con las piernas cruzadas. Los masajes en las piernas antes de dormir son un remedio eficaz, así que el futuro papá también puede contribuir a prevenir los calambres. Unos suaves ejercicios de estiramiento por la noche son efectivos relajar los músculos de las piernas después del cansancio de todo el día.
¿Cómo aliviarlos?
Si te despiertas con un calambre muy fuerte, masajea la zona y estira el músculo de la pantorrilla llevando la punta del pie hacia la pierna. Si el calambre es en el pie, estira el dedo gordo en dirección al cuerpo. Al principio duele, pero luego se relaja.
Una vez que haya pasado el dolor, camina un poco alrededor de la cama para que no se vuelva a repetir. Si notas que los calamabres son muy frecuentes o muy dolorosos consulta con el médico pues puede tratarse de un trastorno algo más grave como una trombosis venosa.

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