La anemia se describe como la disminución del número de hematíes (glóbulos rojos) o de la cifra de hemoglobina por debajo de los límites normales, teniendo en cuenta que dichos límites varían según la edad y la raza. La función primordial de la hemoglobina es transportar oxígeno a todas las células del organismo para que los órganos que aquellas constituyen puedan funcionar. Es el trastorno hematológico más frecuente en la infancia porque se ve favorecida por ciertas circunstancias p
ropias de dicha etapa de la vida como factores congénitos, depósitos escasos pre y postnatales, crecimiento, infecciones y errores dietéticos. Sus manifestaciones dependen de la rapidez de instauración y de la severidad del cuadro, de manera que sólo cuando la hemoglobina alcanza cifras inferiores a 7-8 g/dl se ponen en marcha mecanismos compensadores y se evidencia la sintomatología. La palidez muco-cutánea es el signo más precoz, y que hay que buscar en todos los tejidos. También podemos encontrar cefaleas, irritabilidad, mal humor, cambios de carácter, cansancio y falta de apetito. Los síntomas debidos a la reducción de la capacidad de transportar oxígeno a los tejidos son: aumento de la frecuencia cardíaca y respiratoria, soplo sistólico, dificultad respiratoria con el esfuerzo, debilidad y finalmente cardiomegalia y fallo cardíaco. En cuanto a la palidez destacar que puede ser fácilmente sobrestimado por los familiares del niño porque no sólo depende de la cantidad de hemoglobina, también se debe al estado de vascularización (vasoconstricción) y al tejido que separa los vasos (edema, grasa, tejido linfático, déficit de pigmento melánico).

La anemia se puede clasificar según el origen en:Déficit de producción (de hematíes o de hemoglobina).
- Anemias nutricionales: ferropénicas (déficit de hierro), megaloblástica (déficit de vitamina B12 o de ácido fólico), intoxicación por plomo, malnutrición protéico-energética.
- Anemias aplásicas (falla la médula ósea).
- Anemias diseritropoyéticas (las formas jóvenes del hematíe están alteradas).
- Anemia de la enfermedad crónica (inflamación crónica, insuficiencia renal, infección.Destrucción acelerada o hemólisis.
- Por alteración en la forma del hematíe (esferocitosis, hemoglobinuria paroxística nocturna...), por déficits enzimáticos o por defectos en la síntesis de la hemoglobina (talasemia, anemia falciforme...).
- Trastornos inmunitarios.
- Enfermedad hemolítica del recién nacido (anticuerpos producidos por la gestante).
- Formación de anticuerpos (anemia hemolítica autoinmune, crioaglutininas, fármacos...).
Incremento de pérdidas (hemorragias agudas o crónicas).Tóxicas (fármacos, sustancias químicas).Infecciones (paludismo, clostridios...).
Incremento de pérdidas (hemorragias agudas o crónicas).Tóxicas (fármacos, sustancias químicas).Infecciones (paludismo, clostridios...).
Para una primera aproximación diagnóstica necesitamos conocer: hematocrito, hemoglobina, volumen corpuscular medio (da idea del tamaño del hematíe), concentración hemoglobínica media y reticulocitos (forma joven del hematíe).
Y según éstos datos clasificaremos en:
Regenerativas o con reticulocitos aumentados y arregenerativas o con reticulocitos disminuidos.
Las anemias regenerativas a su vez pueden ser normocíticas (con volumen corpuscular medio normal) y normocrómicas (con concentración hemoglobínica normal) como es el caso de una hemorragia aguda o una anemia hemolítica. O bien microcíticas (volumen corpuscular medio pequeño) e hipocrómicas (concentración hemoglobínica disminuida) como ocurre en las talasemias.
Las anemias regenerativas a su vez pueden ser normocíticas (con volumen corpuscular medio normal) y normocrómicas (con concentración hemoglobínica normal) como es el caso de una hemorragia aguda o una anemia hemolítica. O bien microcíticas (volumen corpuscular medio pequeño) e hipocrómicas (concentración hemoglobínica disminuida) como ocurre en las talasemias.
Las anemias arregenerativas pueden ser
- Microcíticas e hipocrómicas como la anemia ferropénica, intoxicación por plomo, anemia sideroblástica y la anemia de la inflamación crónica.
- Macrocíticas (volumen corpuscular medio aumentado) o megaloblásticas por déficit de vitamina B12 o de ácido.
- Normocíticas y normocrómicas: anemias aplásicas, eritroblastopenia transitoria de la infancia y anemia de las enfermedades crónicas.
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